viernes, 19 de octubre de 2012
GUINDILLAS PARA TODO EL AÑO
Ahora que se acerca el invierno, es hora de empezar a disfrutar de los consistentes y deliciosos platos de cuchara: Cociditos, fabadas, potajes, etc....
Y no hay mejor acompañamiento, mientras te zampas unos buenos judiones del Barco de Ávila ó unas lentejas con chorizo, que unas deliciosas guindillas en vinagre de tu propia cosecha.
Por eso cada año busco variedades distintas para plantar en mi huerto.
Con un cuatro matas, dos de una clase y dos de otra, puede ser suficiente.
El resultado es espectacular!!
Como no suele haber mucha variedad de plantones en los viveros, a veces compro semillas por internet y la verdad es que merece la pena experimentar.
Otras veces saco las semillas de chiles frescos que pillo en cualquier restaurante o que compro en el mercado.
En un restaurante de La Rioja nos sacaron unas guindillas enormes, de su propia cosecha y casi nos caemos de espaldas de lo ricas que estaban.
Por desgracia, no nos quisieron vender unas pocas y lo entiendo perféctamente.
Buscando en las maravillosas tiendas de ultramarinos de la zona, concretamente en Valdezcaray, encontré unas guindillas riojanas muy parecidas. Son de la marca "TARVIS" y la verdad es que también están muy buenas.
Pero no conforme, busque en internet y resulta que en ebay se venden muchas semillas de variedades súper extrañas.
Encontré unas semillas que coincidían con la variedad que buscaba y las pedí.
Me llegaron perfectamente y en primavera las puse en semillero.
A los pocos días empezaron a brotar!!
Luego las transplanté a su lugar definitivo en el huerto, donde agarraron sin problema.
No dejaron de dar en todo el verano y menos mal, porque están de muerte!!
Cuanto más tiempo están en la mata, más pican. Van cambiando del verde al amarillo, luego al naranja y finalmente al rojo.
Y madre mía como terminan picando las condenadas!!
Lo mejor es cosecharlas cuando están amarillitas y si te gustan más picantes metes en el tarro una roja y ya verás. Auuuuuuuuuuuuu..................!!
Este año encontré esta variedad de piparra alargada y las matas están hasta arriba.
Prácticamente toda la cosecha de guindillas va diréctamente de la planta a los recipientes de cristal, donde las conservo en vinagre para poder disfrutarlas durante el resto del año.
Prepararlas es muy fácil y solo necesitamos:
Un tarro de cristal
Guindillas
Vinagre de manzana ó similar
Mostaza en grano
Pimienta en grano
Ajo (Opcional)
Azúcar
Sal
Agua
En un tarro, metemos las guindillas, echamos un buen puñado de granos de pimienta y otro de granos de mostaza. Luego un puñado de sal y una pizca de azúcar para rebajar la acidez.
Le ponemos un par de dientes de ajo enteros y cubrimos todo con tres cuartas partes de vinagre y una parte de agua.
Luego tapamos y agitamos bien para que se mezcle todo.
Pasados unos días podemos rellenar con vinagre, si vemos que las guindillas no están bien cubiertas.
Y ya está, en unas pocas semanas estarán listas para comer!!
Hay quien pone más ó menos vinagre y quien utiliza otras especias.
Todo es cuestión de gustos!!
Supongo que para una buena y duradera conservación cuanto más vinagre mejor.
Los primeros meses las guindillas están carnosas, crujientes y muy suaves. A partir de los ocho ó nueve meses empiezan a ponerse demasiado blandas y pierden bastante.
La calidad del producto resultante y su sabor es impresionante!!
Os puedo decir que tengo que racionarles las guindillas a mis invitados, porque las devoran y son mías, son mi tesorooooo....jajajajaja....!!
Fotos "Cholo Moratalla"
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