viernes, 8 de febrero de 2013

EL BOSQUE

En invierno, el huerto tiene poca actividad y es el momento perfecto para recorrer el bosque de arriba abajo y disfrutar de sus bellos colores, sus frescas esencias y de estudiar el comportamiento de la especies que lo habitan.

Por suerte tengo justo en frente de mi huerto un pequeño paraíso que cuido como si fuera mío y disfruto cada mañana dando un paseo tempranero mientras se asoman los primeros rayos de sol.

A veces la niebla apenas me deja ver más allá de unos pocos  metros, creando un ambiente mágico y transportándome a otro tiempo, a otra vida.

Tal vez, en algún rincón de nuestro ADN aparece tallado ese lugar, esa forma de vida natural.


Estos últimos años han sido muy secos y los arboles lo han pasado muy mal. Muchos han enfermado y a duras penas aguantan en pie. Es increíble como algunos se sostienen con una mínima parte del grosor del tronco.



Otros se partieron por la mitad y aparecen ante mí como "totems sagrados", jajajaja...!!




La crisis económica y el abandono de la actividad en el campo está haciendo que nadie se preocupe de limpiar el monte, ni de retirar los cientos de arboles caídos, lo que multiplica el riesgo de incendios y potencia la aparición de plagas.

Además, los arboles que caen sin control destrozan todo lo que pillan, aplastando y destrozando a sus pobres vecinos. Por no hablar del peligro de que se le caiga a alguien encima.

Es verdad que los troncos caídos son una bendición  y un refugio para cientos de seres vivos, además de servir de laboratorio a los naturalistas, pero cuando su número es tan elevado pasan a ser un verdadero problema. Lo más sangrante es que ha sido el hombre el que ha introducido ciertas especies no autóctonas para su explotación y ahora las ha abandonado a su suerte.


Por eso y cansado de ver la desidia de las autoridades y el deterioro del bosque , me puse manos a la obra.

Lo primero que hice fue acotar una zona y creo que me he pasado de grande porque tengo trabajo para unos cuantos años.

La limpieza es fundamental, ya que la gente tiene muy poca sensibilidad a la hora de visitar el bosque.

Sólo en un rato pude llenar tres bolsas de basura.

Es increíble la falta de respeto que tienen algunos con la naturaleza.

Lo más curioso e indignante es que la gente busca zonas limpias y bonitas para ir a pasear o a pasar el día, pero cuando se van lo dejan todo lleno de mierda.

¿Por que no se van directamente a merendar a un vertedero?

¿Tan difícil es volver a meter los envases y los restos de comida en la misma bolsa donde los han traído y echarlos después en el primer cubo de basura que encuentren?

No puedo con eso!!


En fin, después de acordarme de la familia de tanto cochino, me dediqué a catalogar algunas especies autóctonas de la zona, para estudiar su crecimiento y así poder ayudar en su desarrollo, con podas controladas.

Como por ejemplo, esta preciosa encina. Se puede ver a su lado un pequeño pino.

Sin mi ayuda la encina no tiene nada que hacer frente al pino, puesto que este crece infinitamente más deprisa y acabaría ahogándola.

Ahora tendrá una oportunidad.






Otra especie protegida es el enebro común.

Particularmente siempre me ha encantado este árbol y ahora mucho más con la maravillosa moda de las ginebras.
Un día recolecté unos cuantos frutos de otro enebro que siempre está llenito y me preparé un gin tonic delicioso!!


El problema del enebro es el mismo que el de la encina, su lento crecimiento frente al pino.

Con una pequeña poda bajera, tendrá muchas posibilidades de llegar a ser un robusto enebro y también de salvarse de un pequeño incendio.



Pero si hay una cosa que me encanta hacer, es ponerme el disfraz de leñador y darle caña a la moto sierra y al hacha.

Primero selecciono el tronco y decido si conviene trocearlo y sacarlo del bosque.
Este precioso ejemplar era perfecto!!


Suelo dejar la parte más gruesa del tronco para que se descomponga lentamente y sirva de cobijo a insectos que a su vez harán las delicias de otros depredadores.

En la siguiente foto de otro pino caído, se puede ver como queda limpia y despejada toda la zona del fondo, que en la foto de arriba sería un polvorín en caso de incendio.
 

Al cabo de unos años los troncos que he dejado se convertirán en verdaderos paraísos para cientos de criaturas y terminarán desapareciendo como tragados por la tierra.


Por eso no conviene tocarlos, solo observarlos con paciencia y descubrir lo que esconden en su interior.


Estas preciosas larvas de escarabajo las encontré en mi compostero y las lleve al bosque para buscarles un nuevo hogar.

En el viejo tronco se desarrollarán alimentándose de la madera muerta y ayudarán a transformarla  en abono. Tras varios meses se convertirán  en esos impresionantes ejemplares de escarabajo rinoceronte, cada vez más difíciles de observar.

En su estado adulto no se alimentan y sólo buscan pareja para aparearse.


Por eso es tan importante abandonar esa mala costumbre de matar todo lo que nos es desconocido o nos parece asqueroso.

Asqueroso es destruir y matar!!

El uso indiscriminado de pesticidas acaba con todo lo que se encuentra a su paso.

Es mejor utilizar el sentido común y la lógica para darse cuenta de que tenemos que encontrar el equilibrio natural.



Hace poco tiempo en el mismo tronco me encontré con estos divertidos colonos. ¡Qué bien te sientes cuando te das cuenta de lo mucho que se puede hacer con gestos tan pequeños!






Podemos destruir la vida con un pisotón o podemos ayudar a las criaturas que nos rodean en su lucha por sobrevivir.

Yo he decidido tender puentes y poner mi granito de arena para ayudar a la madre naturaleza. 

NOTA

Unos años después de publicar la historia anterior la junta de gobierno de mi Comunidad arrasó completamente el pequeño bosque.
 
Cuándo llegué habían arrancado todos los arbustos y los estaban quemando en enormes hogueras.

Había plantas de dos metros amontonadas que tenían nidos de aves en sus ramas. Yo mismo los había estado fotografiando unas semana antes. 
Creo que fue el momento más duro de mi vida.  Sentí una impotencia indescriptible. Era la maldad del ser humano ante mis ojos.

Destruyeron el bosque autóctono para dejar un sembrado de pinos. 

Les obligué a parar y al menos pude salvar otras zonas verdes de la comunidad, pero ya era tarde para este pequeño paraíso.
   
Las siguiente primaveras fueron terribles. No había ni una flor.  Antes el zumbido de los insectos reinaba por todas parte y ahora solo había silencio y desolación. Los pájaros habían desaparecido.
 
Se me rompía el alma al caminar por allí.
 
Dejé de escribir en el Blog y me refugie en mi huerto. 

Muchos de los pinos han enfermado y se han secado al retirar la cubierta vegetal. Hay filas enteras de pinos secos, como si hubieran muerto a la vez. El otro día conté catorce seguidos.  
Han destruido el equilibrio natural que había y por si todo lo anterior fuera poco, fumigan cada año de manera ilegal y sin avisar a los vecinos para combatir la Oruga Procesionaria que ellos mismos han generado. 
 
Después de cinco años la vida empieza a brotar lentamente, pero al menos tendrán que pasar otros diez años para recuperar algo del esplendor de antaño. 

Espero contaros mejores noticias la próxima vez.